Will be the night


Sin poder evitarlo volví a pensar en tí. Una y otra vez tus recuerdos golpeaban las puertas de mi mente. Sacudí la cabeza, pero no logré expulsarlos de mí.
Miré a mi alrededor y con el corazón encogido descubrí que estaba completamente solo, prisionero en la propia cárcel de hielo que yo mismo había creado para no salir. Sonreí con frialdad. Golpeé los barrotes una y otra vez, sin poder romperlos. Obvio, no podría romperlos si yo no quería realmente hacerlo. Una perte de mi luchaba por hacerlos desaparecer y la otra los mantenía ergidos.
Suspiré con resignación y me senté en el suelo. Hacía frío y la luna sonreía desde el firmamento. No había ningún sonido a mi alrededor, nisiquiera el generado por el viento. Estaba solo, completamente solo en mi propio mundo, en mi propia miseria. Pedí que me sacaran de allí, pero nadie contestó a mi plegaria. Esa noche sería la noche en la que de una vez por todas rompiera las cadenas que me ataban, pero no iba a ser así. No de momento. No hasta que no estés aquí. No hasta que compruebe que eres real, que no me has olvidado. No hasta que tú me sacaras de mi oscuridad con tú luz. Una luz que ya estaba empezando a echar de menos.

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